Entrevista en Punto Final

“El Partido Socialista se reformula o muere”
Gonzalo Martner Fanta: “Lo fundamental es la Asamblea Constituyente”.

RUBEN ANDINO MALDONADO
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 784, 28 de junio, 2013)

Gonzalo Martner Fanta (56), economista y ex presidente del Partido Socialista (PS), afirma que la política en la actual sociedad chilena está caracterizada por el descreimiento y desprestigio de las instituciones. Piensa que los partidos deben reformularse y argumenta que las elecciones primarias son un mecanismo efectivo de legitimación. Militante del MIR en su juventud, fue presidente del PS entre 2003 y 2005 y embajador en España (2008-2010). Actualmente se desempeña en la Universidad de Santiago.
Advierte un cambio en la subjetividad, que impulsa a la ciudadanía a demandar nuevos derechos, y ve a Michelle Bachelet como una figura de transición entre lo viejo, que no termina de morir, y lo nuevo, que aún no se consolida. Reconoce entre los líderes del movimiento estudiantil gran capacidad analítica y sentido ético, y considera legítimo que los movimientos sociales busquen una representación política propia a través de nuevos partidos.
Dice que el dilema del PS y la oposición es reformularse o morir. Como ex presidente del partido, se siente responsable de su estado actual, y afirma que esta organización abandonó su lugar en la Izquierda, para realizar manipulaciones de poder y prácticas no democráticas en beneficio de algunos de sus líderes. Afirma que el PS está enfermo de un clientelismo que lo ha convertido en un canal de acceso a cargos públicos: sin ideas, sin programa y sin proyecto.
Señala que mientras Bachelet intenta conectarse con el movimiento ciudadano, la Concertación, su propio partido y el Partido Comunista (pacto Nueva Mayoría) utilizan métodos opuestos a la demanda social de mayor participación. Mientras ella participa en primarias, Camilo Escalona no quiso someterse al veredicto ciudadano. Al referirse a la carta de apoyo al senador suscrita por personalidades democratacristianas, considera inédito que el líder de un partido que se opone a medirse en primarias con otro candidato de su misma organización, sea considerado una víctima por dirigentes de otro partido.

LA DERECHA SE SABE DERROTADA

¿Qué está pasando en la sociedad chilena?
“La derecha, que es la representación política del poder económico, no ha logrado asegurar su continuidad y ha abandonado anticipadamente la disputa del poder. Más bien está buscando mantener defensivamente sus espacios parlamentarios, como ocurre desde el año 1990. A cualquier gobierno le encantaría haber creado 800 mil empleos, y seguramente transformaría esos indicadores en adhesión política; pero en la sociedad chilena de hoy, no basta con buenos indicadores económicos para lograr adhesión.
No es suficiente conseguir pega o un aumento de salario; porque la carga de gastos de las familias es brutal, especialmente en educación y salud. Estos son temas esenciales para la vida de las personas: angustias cotidianas de los padres que los estudiantes viven como propias, y que constituyen el trasfondo de la crisis social chilena. A mi generación no se le habría pasado por la cabeza ir a una manifestación con nuestro papá o mamá, pero ahora sucede. La gente quiere mejor calidad de vida y la derecha no tiene respuestas para eso, porque es incapaz de discutir con la sociedad. Sólo sabe de individualismo, mercado y ausencia de derechos.
La subjetividad colectiva está cambiando, eso algunos lo interpretan como izquierdización, pero es sobre todo la necesidad de reflexionar colectivamente sobre el tipo de sociedad en que se quiere vivir. Eso siempre será más favorable para la Izquierda”.

¿Los partidos de oposición entendieron el mensaje? 
“La Concertación no hizo siquiera un intento de pensar porqué había perdido el gobierno y se escudó en la popularidad de Michelle Bachelet. El 5 de octubre de 2010 se comprometió en Valparaíso a realizar primarias para elegir a sus candidatos, y lo primero que hace, cuando llega el momento es no realizarlas. Los cuatro partidos de la Concertación se refugiaron tras la figura de Bachelet, y creyeron que retomarían sus vínculos con la sociedad invitando al Partido Comunista (PC) a ser parte de más de lo mismo.
La hipocresía es típica de nuestra sociedad. La Nueva Mayoría es una nueva coalición aquí y en la quebrá del ají. Cuando uno ve cinco presidentes de partidos firmando un documento e inscribiendo primarias, eso es el fin de la Concertación y significa una nueva alianza con bases muy precarias; porque no se ha discutido colectivamente ni qué le pasó a la anterior alianza ni menos qué significa agregar al PC.
Una coalición que murió, otra nueva que no se sabe muy bien qué es y el liderazgo de Bachelet. Junto con eso, no olvidemos que comienza a vislumbrarse una fuerza social poderosa, como un movimiento estudiantil muy pródigo en nuevos liderazgos juveniles y un movimiento sindical que busca nuevos caminos. Es una corriente emergente, que no tiene todavía hegemonía social, pero que va a terminar imponiendo en la sociedad sus demandas y horizontes de futuro.
Bachelet es una figura de transición entre lo que todavía no termina de morir y lo que aún no termina de nacer, dotada de apertura intelectual y política unida a su credibilidad personal y a su sentido del deber. Hay una identificación ciudadana con esta mujer que muestra espíritu de diálogo ante la partidocracia en la que devino la Concertación. En su discurso inicial en la comuna de El Bosque, Bachelet señaló que los grandes problemas de Chile son la desigualdad y la falta de democracia. Eso la conecta con el deseo de transformación de la sociedad chilena. Ella se ha comprometido con una nueva Constitución y no excluye la convocatoria a una Asamblea Constituyente; aunque debe estar recibiendo grandes presiones desde los poderes económicos y políticos”.

LO FUNDAMENTAL: ASAMBLEA CONSTITUYENTE

¿Cuáles son los caminos de salida?
“No tiene sentido sentarnos ahora a hacer programas; porque uno puede tener las mejores intenciones, pero hay instituciones que hacen imposible aplicarlo; contribuyendo así al desprestigio de esas mismas instituciones políticas, los partidos y el mundo intelectual que propone cambios. Lo fundamental es convocar a una Asamblea Constituyente que modifique las reglas del juego; porque podemos discutir 50 años sobre las reformas laborales, sociales, económicas o culturales, y no lograremos nada si las instituciones políticas no reflejan la voluntad de la soberanía popular.
La DC ha dicho que luego de la primaria presidencial, todo debe partir de cero, aunque es probable que su opción llegue segunda o tercera. Los que llegan muy abajo discuten desde cero con el que llegó muy arriba. ¿Entonces, para que se hacen las primarias? De nuevo el engaño al ciudadano; cuando uno apoya a una persona, apoya también lo que esa persona expresa. Ya no hay tolerancia en la sociedad para que una partidocracia, a título de sus propias definiciones, haga lo que le da la gana y se reparta el poder.
Los partidos del siglo XXI deben reformularse en sintonía con los ciudadanos, respetando su voluntad mayoritaria, aunque no coincida totalmente con lo que ellos piensan. El principio de legitimación democrático-participativa llegó a Chile para quedarse, y el que no lo entienda, como parece ser el caso de Escalona, simplemente quedará a la vera del camino. No puede ser parlamentario o presidente quien no esté dispuesto a someterse a una primaria”.

¿Cuál es el papel de los actores sociales en la política?
“Como herencia de la dictadura, al recuperarse la democracia no hubo en Chile un actor social fuerte. En democracia, la política tiene su esfera de acción y lo ideal es que el movimiento social mantenga su autonomía e influencia, y que los dirigentes sociales sean interlocutores respetados, significativos e influyentes en la política; sin ser manipulados o cooptados por los partidos. Sólo habrá más justicia y libertad si existe un poderoso movimiento social y fuerzas políticas capaces de responderle a ese movimiento.
También es legítimo que las nuevas fuerzas sociales busquen representación política propia. Existen ejemplos, como el PT en Brasil, creado por la maduración política de los trabajadores en alianza con la intelectualidad de Izquierda. Si un movimiento social no se siente representado en la esfera política, como ocurre en Chile, tiene el legítimo derecho a buscar su propio canal de expresión.
El PS debiera también dialogar con los nuevos líderes políticos, encarnados en fuerzas como Revolución Democrática o Izquierda Autónoma, para abrir un espacio común de la Izquierda con reglas democráticas. La idea de que yo soy la salvación, como grupo político o como persona, nunca ha sido una idea de Izquierda, tampoco los mesianismos o el espíritu de secta.
Personalmente soy partidario de una salida hacia un Frente Amplio, a la uruguaya, para definir una relación que evite una ruptura; fortaleciendo un proceso de rearticulación de la Izquierda sobre bases amplias y democráticas, con el concurso de nuevos liderazgos jóvenes que vienen desde la sociedad. De los partidos incluidos en esta Nueva Mayoría no va a surgir lo nuevo, pero esos partidos deberían ser parte de esta nueva idea que está desenvolviéndose.
La Concertación se terminó y me resulta atractivo el diseño de un Frente Amplio, que defina sus liderazgos masivamente a partir de sistemáticos procesos de primarias; con instancias para convenir su proyecto de sociedad y sus programas de gobierno, sobre la base de congresos deliberativos”.

PS SE REFORMA O MUERE

¿Tiene vigencia histórica el PS?
“El Partido Socialista se reforma o muere. Renunció a su condición de partido de Izquierda, para buscar simplemente manipulaciones en beneficio de algunos de sus liderazgos. Fue dominado por un grupo que abandonó sus vínculos con la sociedad y un proyecto de transformación. Tiene hoy prácticas no democráticas y está enfermo de clientelismo y despolitización; porque mutó en un canal para obtener cargos, sin ideología ni programa y por lo tanto, inútil para la sociedad.
La base de su vigencia histórica no está dada por su situación actual, sino por lo que representó en su fundación y en el largo periodo de prevalencia del liderazgo colectivo, encarnado en figuras como Salvador Allende, incluyendo el sacrificio personal que él hizo en función de un proyecto colectivo. Pero el partido no puede vivir del pasado y debe ponerse a la cabeza de la refundación de la Izquierda; con métodos democráticos para dirimir sus liderazgos y con deliberación organizada para dirimir sus propuestas programáticas y proyecto de sociedad.
Cuando Bachelet sugiere al partido hacer primarias, le está pidiendo cumplir con las demandas de la sociedad y si alguien dice que debe ser diputado o senador sin preguntar a los ciudadanos, no entiende que esa posibilidad se acabó. Ahora hay que pensar la sociedad que viene y eso supone que el socialismo chileno debe cambiar. Hay una carta de apoyo a Escalona suscrita por dirigentes de otros partidos. Las personalidades públicas que firman esa carta son básicamente democratacristianas. No tengo noticias de que por negarse a participar en primarias internas, el dirigente de un partido sea convertido en víctima por personalidades de otro. Es una situación insólita, patética y hasta risible. ¿Qué tiene que hacer el ex presidente Frei descalificando una petición expresa y pública de Bachelet?”.

¿Cuál debería ser al papel del PS en un próximo gobierno?
“Los partidos de gobierno tienen tres tareas: apoyarlo, hacerle propuestas y criticarlo cuando se equivoca. Los gobiernos no son perfectos y es necesario hacerles ver los errores.
Si para evitar presiones un gobierno nombra un ministro de Hacienda neoliberal, para que los empresarios no protesten, o si para evitar tensiones con la Iglesia nombra en Educación a alguien cercano a la curia, tendremos un gobierno estable; pero incapaz de producir cambios. Antes, los movimientos sociales privilegiaron la estabilidad democrática como un valor esencial; pero eso se acabó y en buena hora. Ahora son un factor de presión más. Tampoco la solución va por poner ahora ministros del movimiento social.
Para realizar un buen gobierno es recomendable la claridad de propósitos, establecer bien las convergencias y divergencias, y un método de resolución de conflictos. Bachelet quiere producir cambios estructurales y ese propósito tendrá que discutirlo con unos y otros. Los grandes empresarios, especialmente, tendrán que entender que un país que no respeta el medioambiente, a los trabajadores y sus responsabilidades tributarias con el Estado, es un país inviable. Si ellos mantuvieran su actitud de imponer siempre sus criterios, la sociedad entera terminará señalándolos como aquellos que no contribuyen al bienestar colectivo”.



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